3 mar 2011

De nuevo las maletas están preparadas y un nuevo viaje me espera dentro de pocas horas.
Ya no serán tierras extrañas las que hollen mis pasos, ni será un paisaje desconocido el que contemplen mis ojos, porque ya estuve allí, ya paseé por aquellos campos y divisé su cielo. Pero no hay nada que se mantenga inperturbable eternamente así que sé que descubriré cosas nuevas; que quizá ya estaban y no vi o que quizá no podían ser vistas en ese momento.
Pero, sobre todo, lo que más hace que los lugares cambien es uno mismo, porque en el propio cambio está la diferente percepción de lo externo.
Por suerte, allá donde voy estás conmigo.

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