20 jun 2011

Si aún me amas.....

vuelve, aparece, regresa, dáme alguna señal de vida ... porque puede que si no lo haces, dentro de poco sea demasiado tarde.
He conocido a alguien, cuando menos lo esperaba.
No estoy enamorada, ni él de mí. Ha sido uno de esos misteriosos encuentros en los que el universo paece reunir a dos personas que, sin saberlo, necesitan justo lo que la otra puede darle y que lo necesitan tanto, que van perdidos y dando bandazos mientras no lo encuentran.
Ha despertado ilusiones en mí, me ha abierto su vida, su sencillez y simplicidad, sus complejas reacciones que , a la vez, me resultan transparentes.
Pero hay algo que se me rompe por dentro al ver que él no eres tú. Tanto tiempo te esperé, tantos años buscándote, tantos días y noches mirando tu fotagrafía; casi esperando verte salir a través de ella.
Dice el bolero que solo se puede amar una sola vez con toda el alma. No sabes lo cierto que es eso. MI alma se hizo amor contigo y solo cabe tu nombre en ella; pero ha descubierto que sin llegar a ser el amor que fue, puede acercarse a otros y permitir que otros se acerquen, que se siente viva cuando puede ejercer alguna forma de amor aunque tenga que desmenuzarse en amores pequeñitos, distintos en su expresión, en su proyección, para acercarse un poco, al menos un poco, a lo grande que fue durante el tiempo en que estuvo cerca de ti.
¿Qué vas a hacer? Dime ¿vas a seguir escondido en medio del mundo o decidirás asomarte de nuevo a mi vida?

5 jun 2011

Hace días que hice un descubrimiento que me ha fascinado y a pesar de que sé que, de alguna forma, tú has sido artífice de ello, eres casi el único con quien no lo he compartido. 
No sé bien por qué, pero así ha sido. Bueno, sí que lo sé.

El cáñamo ha sido como una gran revelación; descubrir esa materia prima, todas sus aplicaciones, lo que supondría su plantación en países que ahora pasan hambre y verían paliadas la mayoría de sus necesidades con él, me ha impactado de tal forma, que mis nervios están acelerados y mi mente no hace más que idear proyectos y crear ilusiones.
Pero hay algo más, algo que ha motivado que no venga corriendo a contarte esta experiencia.
A través de mi personal investigación sobre el cáñamo, contacté con un hombre  que se dedica a su cultivo y con un par de correos que he cruzado con él, se ha desatado mi fantasía. Es absurdo, pero me transmite algo que me recuerda a nuestros inicios, cuando empezamos a escribirnos correos y algo trascendía a través de ellos que nos hacía conocernos tan bien y acercarnos tanto.
Mi imaginación ha proyectado la posibilidad de que esa relación supusiera mi reencuentro con una relación de pareja que me resulte estimulante, vital, romántica, real, física y aunque mi primer pensamiento fue que ojala tú fueras ese hombre, que ojala fuera a ti a quien encontrara en ese viaje que tengo proyectado ( y del que parece que siempre van a surgir inconvenientes que lo impiden. Eso también me recuerda a nuestros encuentros) poco después deduje que eso era demasiado imaginar, demasiado esperar y la fantasía quedó acotada a la posibilidad de una nueva relación sin ti.
Eso se va serenando ya y en su lugar va quedando la ilusión de un cambio de vida, de una oportunidad de vivir más conforme a mis ilusiones de siempre, la energía que produce poner algo en marcha que es atrevido y, a la vez, muy estimulante.
Y cabe la posibilidad de que todo quede en nada, que no llegue a ser más que una mera espectadora que observa con admiración y envidia a todos aquellos que se atrevieron a apostar fuerte en la vida y decidieron liberarse de lazos emocionales, familiares y sociales y se adentran de lleno en la verdadera aventura de la vida.
Y pensar en esa posibilidad me entristece, me oprime, me deja desamparada y sometida a los vaivenes de la vida de los demás.
¿Recuerdas cuantas veces soñamos con hacer algo así en la finca de Granada? ¿Recuerdas todos los proyectos que diseñamos para hacer productiva la finca y convertirla en un refugio y una escuela para los desamparados de la vida?
Ahora, entre todo esto que te he contado, me pregunto si no serás tú, de alguna forma, el que me está poniendo delante este conocimiento del cáñamo, de esta maravillosa planta que parece sembrada por las manos de la Madre Divina para paliar las necesidades de los hombres y no dar más que beneficios por todas partes y a todo, para que ponga en marcha yo sola lo que íbamos a hacer juntos.
Cuanto necesito que me digas algo, que me animes o sugieras, que me encamines o me adviertas, que me ayudes.
Cuanto necesito saber algo de ti.