23 feb 2011

¿Has visto "Victor o Victoria"? Seguro que sí; es más o menos un clásico del cine. He puesto un rato la tele mientras cenaba y tras una zaping hacia arriba y otro hacia abajo, saltando los innumerables anuncios, he visto que la estaban haciendo otra vez. No me he quedado a verla porque no me apetecía seguir viendo tele, pero me he quedado pensando tras una conversación que tienen los protagonistas.
¿Cuantas veces fingimos ser algo que no somos cuando en realidad sí lo somos? 
Dicen que tras un gran extrovertido hay un gran tímido que enfrenta su timidez convirtiéndose en el centro de las reuniones; que tras un valiente hay alguien que tiene miedo y actúa como si no lo tuviera; que alguien con una personalidad muy fuerte está tras un ser indeciso, vulnerable y sensible que emula lo que le gustaría ser. Pero ¿realmente se podría estar fingiendo todo el tiempo algo que no se es en absoluto?
Me parece que es más cuestión de haberse llegado a creer una etiqueta que nos ha sido puesta por alguna extraña razón; quizá por algún comentario desafortunado que alguien hizo en algún momento de nuestra niñez, o por la respuesta que dimos en una circunstancia específica convenciéndonos a nosotros mismos que nos correspondía esa etiqueta.
Y lo malo de las etiquetas es que son muy fáciles de poner, pero muy difíciles de quitar. Como esas pegatinas que se ponen sobre las hojas transparentes de archivadores y que luego no consigues quitar más que a base de paciencia, alcohol y rasca que te rasca; o colocando otra encima.
No quiero seguir jugando a ese juego; no quiero seguir haciendo como soy decidida, firme, paciente y constante como una forma de enfrentar mis inseguridades, mis miedos y debilidades. Porque  lo cierto es que sentir inseguridad, temor y saberme vulnerable, no me convierte en alguien servil, incapaz de tomar decisiones y luchar por llevarlas adelante aunque cueste. Pero parece que esa es la etiqueta que corresponde a alguien que siente todo eso.
Y, no sé bien por qué te hablo de esto, salvo que sea simplemente porque estás ahí y yo aquí, porque esta es la forma en que nos encontramos y porque eso es lo que te diría si estuvieras conmigo.
Que pases un buen día, chico guapo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario