23 feb 2011

Un año más.
Importan las fechas del calendario cuando significan algo, cuando te trasladan a un momento importante, a un pasado remoto y te vuelven a traer al presente para recordarte que algo sucedió en ese instante, en ese día que se ha vuelto importante.
Hoy es uno de esos días que en el calendario no son más que una cifra más metida en un recuadro y que se vuelve especial de repente, porque, de repente, al escribirla, la memoria me retrotrae a otro día como este en que oí tu voz por última vez. Y han pasado siete años.
Siete años en los que has pasado de ser el centro y eje de mi vida, a la esperanza de un retorno
No sé qué pasó, no sé porqué no volviste, no sé porque lo último que me diste fue un canto de amor eterno, una loa del más intenso, puro y perfecto amor, pero sé que fue tan real e intenso cuanto se hizo entre nosotros que no podrá morir jamás, que subsistirá a través del tiempo y el espacio que nos separa y nos une a la vez, que sigo sintiendo viva tu mirada cuando me mira y encuentra la mía, que sigo llena de ti y que tu amor sigue cubriendo mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario