14 may 2011

Olvidar

Hay días, como hoy, en que horóscopos, consejos y demás, me indican que debo olvidar el pasado, que me invitan a hacer algo parecido a borrón y cuenta nueva.
Y entonces pienso en ese pasado del que he de olvidarme. ¿Qué es pasado y qué es presente? Y, en todo caso ¿tú estás en el pasado o en el presente?
Me doy cuenta de lo fácil que es idealizar el pasado y hasta pretender que retorne algo que existió por el recuerdo idealizado que se tiene de ese momento. Pero también veo que para idealizar algo, ese algo ha tenido que tener algo bueno y que, en todo caso, lo que se hace es olvidar lo malo o doloroso que tuvo y magnificar lo bueno.
Quizá me esté sucediendo algo así y sea ese el motivo de tanta recomendación de amnesia voluntaria, pero lo que me sucede es que cuando observo o presencio la relación de otras parejas que tienen la fortuna de estar juntas, siento tristeza.
Tristeza por ver lo poco que cuidan esa relación, cómo la castigan bajo la falsa seguridad de permanencia y solidez.
Tristeza porque eso me hace recordar la forma en que la vivíamos nosotros, cómo creíamos imposible andar por la calle y no ir siempre cogidos de la mano, mirarnos a los ojos y nos sentirnos "enganchados" a la mirada del otro, hablar hasta la saciedad de cualquier inquietud o guardar silencios infinitos porque la propia fusión de nuestras almas era muy superior a cualquier palabra.
Pero se me recomienda que olvide el pasado.
¿Cual? ¿el reciente o el lejano? ¿el de los fracasos o el de las ilusiones? ¿el que compartí contigo o el que viví en soledad?
Recomendaciones aparte, todo es cuestión de decisiones personales. O de sentimientos.
Debe ser por eso que aún sigo aquí; buscándote y esperándote.

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