Cuando la puerta está al final del camino y solo las palabras pueden cubrir el espacio que hay entre nosotros,
haciendo que lo que nos separa, sea lo que nos une.
Si me ves, si puedes verme, verás una dulce sonrisa en mi boca; una pequeña lágrima impregnando mis ojos y una ilusión en el corazón. Pero, todo esto, ¿te lo estoy contando yo o eres tú el que me lo ha contado a mí?
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