Sí puedo sonreir sin ti; lo hago a menudo y mentiría si dijera lo contrario. Pero también es muy cierto que son sonrisas diferentes, que hay una que se quedó congelada tras tu partida. Era la sonrisa de la mujer enamorada, la que amaba con toda la fuerza de su corazón, de su alma y de su mente. Esa ya no me ilumina nunca.
Cuando la puerta está al final del camino y solo las palabras pueden cubrir el espacio que hay entre nosotros, haciendo que lo que nos separa, sea lo que nos une.
27 dic 2011
Sonreir sin ti
Sí puedo sonreir sin ti; lo hago a menudo y mentiría si dijera lo contrario. Pero también es muy cierto que son sonrisas diferentes, que hay una que se quedó congelada tras tu partida. Era la sonrisa de la mujer enamorada, la que amaba con toda la fuerza de su corazón, de su alma y de su mente. Esa ya no me ilumina nunca.
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